Tu clínica dental y centro de medicina estética de Madrid

Mucha gente padece odontofobia o temor exagerado a ir al dentista por malas experiencias y otras por la mala imagen que venimos arrastrando desde los tiempos en los que no se usaban anestésicos o una caries suponía una extracción.

Los tiempos han avanzado, tanto en lo que se refiere a las múltiples anestesias, como a los tratamientos encaminados a preservar las piezas dentales o, al menos, su raíz. La visita al dentista nunca debe ser causa de dolor para el paciente, o algo estamos haciendo mal. En el caso de extracciones y cirugías, sí puedes sentir molestias el día de la visita o el siguiente, pero te vamos a prescribir la analgesia y la antibioterapia el mismo día, para recogerla en una farmacia antes de que se pase el efecto de la anestesia. Por lo tanto, no deberías sentir dolor, a lo sumo, cierta molestia leve tras un proceso quirúrgico.

Manejamos diferentes tipos de anestesias en un mismo procedimiento, desde la lidocaína de uso tópico para minimizar la sensación del pinchazo, hasta anestesias especiales para pacientes con problemas cardíacos severos o que se inhalan. Si, mientras estamos trabajando, notas cualquier molestia, avísanos con un gesto para proceder a aumentar la dosis de anestésico si te hace falta, pues hay pacientes más sensibles que otros tanto al dolor como a los fármacos que lo inhiben.

La confianza en tu dentista hace mucho. En caso de que, pese a conocernos, seas un paciente con odontofobia o si padeces este problema y eres un cliente nuevo, estamos preparados para hacer tu experiencia llevadera con la sedación consciente.

La sedación consciente, como su nombre indica, consiste en mantener al paciente consciente, es decir, despierto, pero tranquilo, sedado por la acción de un fármaco. Es un procedimiento habitual ante ciertas pruebas médicas que pueden causar ansiedad, compatible con las anestesias que utilicemos para evitar que sientas dolor.

La sedación total implica que el paciente queda dormido o inconsciente por el uso de un anestésico general. Al existir siempre un riesgo inherente en el uso de las anestesias generales, preferimos dejar la sedación total para casos realmente especiales, y ofrecerte la anestesia normal o la sedación consciente. Si optas por la sedación consciente, recuerda que no es recomendable que conduzcas tras la consulta, al menos hasta haber eliminado el fármaco sedante.

Acude a tu dentista de confianza cada vez que sientas molestias en dientes o encías, o cuando detectes algo anómalo: mal aliento que no se va con una buena higiene bucal, una pieza que se mueve, una zona donde de repente parece quedarse enganchada la comida, etcétera.

Puedes visitar a tu dentista para consultar aspectos estéticos del tipo, qué nivel de blanqueamiento puedo obtener con determinado tratamiento o si te conviene o no utilizar una ortodoncia para adultos (podrías tener problemas de mordida y no saberlo).

Además, aunque todo parezca ir bien, debes acudir a una revisión rutinaria mínimo una vez al año. Si te encuentras en tratamiento con fármacos que causan descalcificación como efecto secundario o pasas por una situación especial, tu dentista te recomendará acudir con mayor frecuencia hasta tener controlado el problema. También debes ir a las revisiones que se te indiquen cuando decidas poner implantes.